Mateo Cabrera
De aquel
Narrador de cuentos! Hay cosas que me invento, digo si quiero que soy hombre y que soy bello. Pero del mismo modo, me sé como la nada; espacio vacío que alberga todo el universo.
Fuera de eso, soy cosas si tú quieres… soy pintor y soy poeta; pintor siempre, poeta sólo, cuando de súbito suceden cosas que me estrujan el sentimiento.
Tengo la suerte de ser artista, y siéndolo es que puedo, escupir todo lo que trago, y aún más; vivir de ello.
Aunque la verdad es que vivo de mi suerte, soy la suerte; del universo, del aire que respiro, del agua que me baña, de la luz que me da forma y de todas las estrellas que alumbran el firmamento.
Y qué más puedo decir de mi? Algo tengo que inventarme… esta página así me lo exige. Entonces me invento que soy humano! que elige vivir las cosas que quiere.
Y ahí me detengo, y una pregunta queda latiendo: quién es el que quiere? Quién eligió ese criterio? Y como la respuesta señala al condicionamiento; quedo mudo y quedo desnudo frente a la verdadera ausencia de mi mismo.
Cantan las aves allá en el parque que en mi ventana se sostiene. Alarga la noche sus manos de sombra porque el sol aún no llega. Y donde todo desaparece yo me apoyo! Ahí encuentro estas palabras que brotan, como el agua de una fuente.
Por última vez busco algo serio que me describa, pero nada encuentro. En su lugar lo más preciso será señalar; al bosque en mi ventana, al aire que no respiro, a la luz del cielo y todos los mares y a todos los vientos.
Gracias por estar presente es todo lo que digo. No hay más que lo que venimos a inventarnos en cada momento. Y acá donde nos encontramos yo agradezco, dentro de la falsedad del universo acá una pequeña y bella mentira que hemos tenido la suerte de inventar juntos.
De aquel
Narrador de cuentos! Hay cosas que me invento, digo si quiero que soy hombre y que soy bello. Pero del mismo modo, me sé como la nada; espacio vacío que alberga todo el universo.
Fuera de eso, soy cosas si tú quieres… soy pintor y soy poeta; pintor siempre, poeta sólo, cuando de súbito suceden cosas que me estrujan el sentimiento.
Tengo la suerte de ser artista, y siéndolo es que puedo, escupir todo lo que trago, y aún más; vivir de ello.
Aunque la verdad es que vivo de mi suerte, soy la suerte; del universo, del aire que respiro, del agua que me baña, de la luz que me da forma y de todas las estrellas que alumbran el firmamento.
Y qué más puedo decir de mi? Algo tengo que inventarme… esta página así me lo exige. Entonces me invento que soy humano! que elige vivir las cosas que quiere.
Y ahí me detengo, y una pregunta queda latiendo: quién es el que quiere? Quién eligió ese criterio? Y como la respuesta señala al condicionamiento; quedo mudo y quedo desnudo frente a la verdadera ausencia de mi mismo.
Cantan las aves allá en el parque que en mi ventana se sostiene. Alarga la noche sus manos de sombra porque el sol aún no llega. Y donde todo desaparece yo me apoyo! Ahí encuentro estas palabras que brotan, como el agua de una fuente.
Por última vez busco algo serio que me describa, pero nada encuentro. En su lugar lo más preciso será señalar; al bosque en mi ventana, al aire que no respiro, a la luz del cielo y todos los mares y a todos los vientos.
Gracias por estar presente es todo lo que digo. No hay más que lo que venimos a inventarnos en cada momento. Y acá donde nos encontramos yo agradezco, dentro de la falsedad del universo acá una pequeña y bella mentira que hemos tenido la suerte de inventar juntos.